La historia del traje comienza mucho
antes de que las primeras civilizaciones de Egipto y Mesopotamia
hicieran su aparición. En los últimos ańos, un gran número de
descubrimientos y el estudio de las pinturas rupestres han
proporcionado documentación mucho mas antigua.
Los geólogos han dado a conocer la
existencia de una serie de glaciaciones en las que el clima de gran
parte de Europa fue extremadamente frío.
Incluso al final de las culturas
paleolíticas (es decir, culturas en las que los instrumentos y las
armas se hacían tallando piedras duras como el pedernal) la vida se
desarrolla en el limite de los grandes glaciares, que cubrían gran
parte de los continentes.
En tales circunstancias, aunque los
detalles del vestido se hayan podido determinar gracias a
consideraciones sociales y psicológicas, lo que resulta obvio es que
el motivo principal para cubrirse el cuerpo era preservarse del frío,
ya que la naturaleza había sido tan tacaña que no había
proporcionado al homo sapiens un manto de piel.
EL HOMBRE Y EL ANIMAL
Los animales habían sido más
afortunados, y el hombre primitivo pronto se dio cuenta de que podía
cazarlos y matarlos para conseguir no solo su carne sino también su
piel. En otras palabras, empezó a cubrirse con pieles.
Esto acarreaba dos problemas
La piel del animal que le cubría los
hombros le estorbaba en algunos movimientos y dejaba parte del cuerpo
al descubierto. Por tanto, se hacia necesario darle una forma,
incluso careciendo en un principio de medios para ello. El segundo
problema radica en que las pieles de los animales, al secarse. Se
endurecen y resultan intratables. Había que encontrar algún método
para hacerlas suaves y flexibles. El procedimiento más sencillo era
una laboriosa masticación.
Las mujeres esquimales
Incluso hoy en día, dedican gran parte
de su tiempo, en su labor cotidiana, a mascar las pieles que sus
maridos traen de la caza.
Otro método consistía en humedecer la
piel y golpearla con un mazo repetidamente, habiendo eliminado
previamente los residuos de tejido que pudieran quedar adheridos a
ella. Sin embargo, ninguno de los dos métodos era lo suficientemente
satisfactorio, ya que si las pieles se mojaban habia que repetir todo
el proceso.
NUEVOS PROCESOS
Cuando se descubrió que al frotar
aceite o grasa de ballena en la piel esta se mantenía flexible
durante mas tiempo, hasta que el aceite se secara, se adelantó mucho
terreno.
El siguiente paso fue el descubrimiento
de los tintes; y resulta curioso comprobar que las técnicas básicas
de este procedimiento, tan rudimentarias desde sus comienzos, siguen
utilizándose hoy en día.
La corteza de ciertos árboles, sobre
todo del roble y del sauce, contiene ácido tánico que se obtiene
por un proceso de maceración de la corteza en agua, sumergiendo la
piel en esta solución durante un buen rato. Las pieles, gracias al
baño, se hacen definitivamente flexibles e impermeables.
EL AVANCE EN EL PROCESO
A estas pieles ya preparadas se las
podía cortar y dar forma; llegando así a uno de los grandes avances
tecnológicos de la historia de la humanidad, comparable en
importancia a la invención de la rueda o al descubrimiento del
fuego: la invención de la aguja con ojo.
Se han encontrado gran cantidad de
estas agujas hechas con marfil de mamut, huesos de reno y colmillos
de focas, en las cuevas paleolíticas donde fueron depositadas hace
40.000 ańos. Algunas son muy pequeñas y de una exquisita artesanía.
Este invento permitió coser unas
pieles con otras y hacerlas ajustadas al cuerpo. El resultado fue el
tipo de traje que siguen llevando actualmente los esquimales.
Mientras tanto, la gente que vivía en climas mas templados estaba
descubriendo el uso de las fibras animales y vegetales.
Es posible que el afieltrado fuera el
primer paso. En este procedimiento, desarrollado en Asia Central por
los antecesores de los mongoles, se peina la lana o el pelo, luego se
humedece y a continuación se coloca en hileras sobre una esterilla.
Que se enrolla de forma muy tirante; después se golpea con un palo.
De este modo, las hebras de pelo de lana se unen y el fieltro
resultante es caliente, flexible y duradero; además se puede cortar
y coser para hacer trajes, alfombras, mantas y tiendas.
Otro método primitivo
Utilizando también fibras vegetales,
consistía en aprovechar la corteza de algunos árboles como la
morera o la higuera. Se hacían tiras con la corteza y luego se
ponían en remojo.
Después se colocaban en tres capas
sobre una piedra lisa poniendo la central a contraveta, en ángulo
recto con respecto a las otras dos. A continuación se golpeaban con
un mazo hasta que se unían. Después este tejido, hecho con corteza,
se trataba con aceite o se pintaba para hacerlo asa mas duradero.
Este método muy similar al utilizado
por los antiguos Egipcios, para convertir el papiro en material de
escritura puede considerarse como un punto intermedio entre el
afieltrado y la tejeduría.
Las fibras de corteza
Pueden aprovecharse también para hacer
con ellas un tejido propiamente dicho, como lo hicieron los indios
americanos; pero el resultado no es tan satisfactorio como el
obtenido con otras fibras como el lino, cáñamo o el algodón.
Sin embargo, estas fibras tenían que
cultivarse y, por tanto, apenas las utilizaron los pueblos nómadas
en estado de pastoreo. Estas tribus tenían ovejas, y la lana parece
haber sido empleada ya en el Neolítico. En el Nuevo Mundo los
animales mas utiles fueron la llama, la alpaca y la vicuńa.
EL CONTEXTO Y EL VESTUARIO
Independiente del orden que podamos
establecer, debemos considerar en el análisis de un texto, varios
factores que son los que determinaran nuestra propuesta.
El contexto histórico y temporal, las
relaciones emocionales o afectivas, la cronología de los
acontecimientos, la situación de los personajes y sus puntos de
vista, sus principios y valores como así sus características
psicológicas.
El donde nos situamos para contar
nuestra historia y esencialmente desde donde, que es la perspectiva
en la cual nosotros enfocamos nuestra puesta en escena.
No basta con saber la cronología de
los personajes y sus relaciones sino lo que queremos decir a través
de estos. Se hace necesario establecer todas las relaciones y
motivaciones posibles que construyen nuestra historia. Narrar con la
imagen, la forma, las texturas, el color. El vestuario constituye un
apoyo fundamental en la descripción de nuestros personajes.
LOS PATRONES DE LA MODA
Antiguamente, los patrones que regían
la moda eran completamente estéticos, despreocupando factores
considerados secundarios como la comodidad e incluso el bienestar
físico.
Hasta comienzos del siglo XX la moda
femenina se caracterizó por un perpetuo martirio que avalaba el
dicho
"Para ser bella hay que ver
estrellas"
La incomodidad y poca libertad de
prendas como el "corsé", eran fiel reflejo de las
costumbres que reprimían la expresión femenina a las labores
domésticas y reproductivas, además, producía serios trastornos en
el organismo ya que apretaba todos los órganos interiores.
Siendo así la tradición, no era
extraño que hasta los primeros años del siglo XX, la forma de
vestir de la mujer se halla asimilado más a un objeto decorativo que
a una persona.
Durante la denominada "Belle
Époque" (1890- 1910)), época de riqueza, ostentación y
extravagancia, los vestidos almidonados y con enagua de crinolina
(falda circular con seis aros de acero flexible que abultaban el
vestido), marcaban la pauta.
El dificultoso y pesado armatoste,
obligó a los modistos a crear algo más confortable pero siempre
dentro de mismo ideal de mujer pomposa, como muñeca de porcelana.
Fue así como a comienzos del 1900
se erigió el ideal de la "Chica
Gibson", personaje de caricatura que representaba el ideal
femenino de entonces y que se transformó en todo un patrón de vida…
Éstas debían ser de pecho erguido, caderas anchas y nalgas
sobresalientes, además de sumisas y obedientes.
Poco después nació la mujer con forma
de "S", las que ajustaron la falda para resaltar la figura,
los peinados se subieron sobre la cabeza y los sombreros se adornaban
con plumas. En este período comienza a nacer un nuevo ideal de
mujer, el que por primera vez fue creado por ellas mismas y no por
hombres.
La nueva imagen era la de una mujer
trabajadora y eficiente, que luchaba por obtener el derecho a voto y
que se inmiscuía en los asuntos que hasta entonces eran privilegio
del poder masculino.
Para representar esta nueva tendencia,
los vestidos se alejaron paulatinamente del decorado simplificando su
confección. El traje de dos piezas, denominado "traje sastre",
era lo más adecuado para los nuevos tiempos. En 1910 se produjo un
cambio rotundo en la moda, influenciado por el "Ballet Ruso"
que recorría los escenarios europeos. Los colores llamativos y la
onda oriental, reemplazó la hegemonía en tonos pastel y las faldas
largas.
Bailarinas como la sensual Isadora
Duncan y la enigmática Mata Hari, se transformaron en íconos de
belleza seguidos mundialmente.
Gracias a esta nueva moda las mujeres
se atrevieron a desafiar los sólidos principios morales que las
ataban y comenzaron a mostrar el cuerpo, lo que por supuesto no fue
posible sin escándalo eclesiástico y machista de por medio.
Los cuellos "hasta las orejas"
dieron paso al escote en "V" y las faldas se acortaron
levemente, dejando al descubierto los tobillos, cosa que también
causó estupor en la época porque durante siglos las piernas
femeninas habían sido el símbolo erótico que "provocaba la
lujuria en los hombres" y que por lo tanto, debían ser
escondidas.
En 1914 llegó la Primera Guerra
Mundial
De dimensiones escalofriantes y
trágicas consecuencias para el viejo continente, terminó por
completo con la farándula y el lujo de la moda francesa e inglesa,
en donde se encontraban las grandes casas de alta costura.
Una vez finalizado el conflicto, en
1918, la falda campana dio paso a los cortes rectos, "tipo
tubo".
El tan utilizado corsé cambió de
estrategia, ya que si antes se había usado para levantar el busto,
ahora lo hacían para disminuirlo.
El "corsé alisador" y los
vestidos acinturados en la cadera, dibujaron el nuevo tipo de belleza
y de mujer, las que buscaban parecerse más a los muchachos que a las
antiguas beldades femeninas.
Así surgió la mujer estilo Garzonne,
quienes para lograr más aún el parecido con los hombres, se
cortaron el pelo y perfilaron las cejas, comenzaron a salir a bailar
y se borraron los antiguos patrones sociales que diferenciaban las
clases.
Ahora hasta era bien visto ser amiga o
parecerse a las cortesanas de "vida alegre".
En plena época de post guerra
y representando a esta nueva generación
de mujeres independientes y modernas, apareció la mítica Coco
Chanel. Su estilo cómodo y práctico representaba la revolución
femenina y la economía que debía surgir en época de recesión.
Por esta razón, introdujo materiales
más simples y baratos que el chiffon, el tul y la seda.
Creó entonces los trajes de punto,
tejidos finos que otorgaban más y mejor flexibilidad para la nueva
mujer, la que además ponía énfasis en la práctica deportiva,
incentivada por la reciente costumbre de ocupar el tiempo en algo
útil.
La mujer ya no era una utilidad en sí,
sino que "hacía" cosas útiles.
La crisis económica de 1929
La industria de la moda introdujo el
lino como material en boga (debido a su bajo costo) y los materiales
artificiales como las baratas medias de seda sintética que
reemplazaron rápidamente a las antiguas de seda natural y que tenían
un elevado costo.
LOS AÑOS 30
En 1930 la pauta a seguir eran las
actrices como Greta Garbo y Marlene Dietrich, mujeres de hombros
anchos y caderas delicadas, altas y delgadas como una esfinge
egipcia.
En este período el punto erótico
cambió desde las piernas hasta la espalda, la que era resaltada por
prominentes escotes y que provocaba el delirio masculino.
Ahora la mujer estaba envuelta con un
halo de encanto, sensualidad y misterio.
Los hombres sucumbían frente a esta
belleza madura de movimientos felinos y mirada dormida; la mujer
sacaba provecho de su cuerpo y no lo ocultaba por prejuicios
moralistas
Los años 30 comenzaron como una época
de glamour y sofisticación enaltecida por las divas del cine que
representaban toda la majestuosidad de la belleza.
Sin embargo, pronto las cosas
comenzaron a cambiar.
La ascensión de Hitler al poder, en
1933, inquietó el ambiente político y social de entonces, quienes
se negaron a reconocer el peligroso dominio de este hombre que
rápidamente resquebrajó la paz en Europa.
Como una forma de negar los conflictos
que surgían, los modistos intentaron revivir la opulencia de años
anteriores, en donde el lujo regía la moda. A pesar de este intento
fallido, Europa nuevamente entró en guerra en 1939.
LOS AÑOS 40
logró hacer sucumbir París en 1940
con lo que la capital de la moda se vistió de uniforme y colores
grises. Como una muestra de lo representativo que es la vestimenta de
las costumbres y coyunturas sociales de un pueblo, la moda de los
años 40 fue opaca y se basó en un estilo militar.
El traje de dos piezas y la sencillez
de los materiales representaron la pobreza del viejo continente, que
disimuló la escasez con recursos que desataron toda la creatividad
en peinados, maquillaje y atuendos como guantes, pañuelos y
bolsillos falsos en las chaquetas que le daban a la simple
vestimenta, un toque de distinción.
Debido a que París se encontraba bajo
ocupación nazi y Londres se debatía con sus últimas fuerzas, la
industria textil y de la moda dejó de ser importante, por lo tanto,
Estados Unidos se vio en la obligación de crear su propia pauta,
logrando un mayor grado de independencia. El conflicto finalizó en
1945 y nuevamente se buscó el brillo y la grandiosidad de años
pasados; la nostalgia invadió de elegancia y sofisticación
LOS AÑOS 50
La melena soigneé, estilo Marilyn
Monroe, desplazó los moños y sombreros de los 40 y un verdadero
delirio por las pieles finas, cachemiras y joyas se expandió en toda
Europa. La antítesis de esta elegancia fue "la moda
estudiantil", un estilo más desordenado y cómodo reclamado por
las nuevas generaciones. A mediados de los 50 apareció el estilo
Beatnik, cuyo origen callejero y popular estaba directamente ligado a
la música rock que venía desde América con íconos como Elvis
Presley y Bill Haley.
El conjunto inglés The Beatles creó
una moda particular de melenas largas y botas puntudas elevadas por
un pequeño taco, lo que causó una gran revolución social que
desafió los rígidos cánones a los que los jóvenes estaban
sometidos. De hecho, la moda siempre había girado en torno a "damas"
y "caballeros" sin distinguir a los adolescentes como tal.
LOS AÑOS 60
partieron con este espíritu
revolucionario y protagonista de una juventud que comenzó a buscar
sus propios gustos e intereses. A mediados de esta década la
diseñadora Mary Quant llevó al límite esta odisea imponiendo la
"mini", la que reducía a un pequeño trozo de tela a ras
de las nalgas las antiguas faldas hasta la rodilla.
Esto produjo la indignación y el
escándalo de los padres y sectores tradicionales, los que
adjudicaron la inmoralidad del vestir a la música satánica que
llevaba a sus hijos al delirio. Esta época frenética era
consecuencia de la liberación juvenil, la rebelión contra los
estándares impuestos hasta entonces.
Esto también se reflejó en las artes,
manifestándose principalmente en el arte rupturista y transgresor
del "Pop Art" de Andy Warhol. La vestimenta tenía dos
esquemas bien definidos. Por un lado estaba la moda "little
girl", una mezcla de inocencia y sensualidad perturbadora y la
moda "espacial", de formas geométricas y rectas que
comenzaron a mostrar abiertamente el cuerpo.
Esta última se inspiró en la
creciente competencia entre Estados Unidos y la URSS por conquistar
el espacio durante la denominada Guerra Fría. Los materiales también
cambiaron, las clásicas telas dieron paso al plástico, el que se
empezó a usar no sólo en la ropa sino también en todo tipo de
accesorios como aros, collares y carteras.
La guerra de Vietnam polarizó aún más
las relaciones entre adultos y jóvenes, ya que mientras los primeros
apoyaban la intervención norteamericana en el país oriental, los
últimos proclamaban todo un movimiento político y social basado en
la paz y el amor. Esta libertad adquirida abrió un mundo lleno de
posibilidades y conocimientos que antes estaban vetados para los
jóvenes, con lo que los excesos llegaron rápidamente a través de
la experimentación con drogas, especialmente aquellas alucinógenas
como el LSD.
Las mentes distorsionadas crearon un
estilo fantasioso y onírico inundado de formas y colores
extravagantes las telas y vestidos. Así nacía la era de la
psicodélica y el hippismo de los "verdes" años
La moda es una representación de la
evolución política, económica y social de un pueblo en donde todo
repercute en nuestra manera de vestirnos y desenvolvernos. Sus
cambios son producto de un desarrollo global de la sociedad y además
es una prolongación de nuestro cuerpo.
Los 60 fueron años en que la juventud
reclamó su participación y se posicionó de un espacio que antes
les estaba vetado. La liberación fue producto de una serie de
cambios políticos, sociales y económicos, pero fue la música la
que principalmente desencadenó las mentalidades juveniles reprimidas
durante tanto tiempo.
Fueron años de diversión y de una
constante búsqueda de identidad. La década siguiente comenzó con
la entrada en la adultés de esta generación que de a poco fue
perdiendo la incandescencia de años anteriores.
Esta tranquilidad se reflejó en una
vuelta hacia la naturaleza y en la utilización de materiales nobles
y sencillos como el algodón y la lana. Era un estilo simple, sin
producción de peinados ni maquillaje.
Por entonces se produjo una fiebre por
lo "retro", las tiendas de ropa usada estaban de última
moda y en una época de escasez, sus precios eran los más
convenientes.
El inconformismo con un mundo ambicioso
y conflictivo los llevó a mirar hacia oriente, específicamente
hacia la India y su religión el hindú. Numerosos artistas como The
Beatles y Jane Fonda entre otros, profesaron este culto y lo
expandieron por occidente, de cuya experiencia se extrajo una moda
que más que una simple manera de vestir, fue todo un movimiento
social: el Power Flower Hippie.
Radicados en la ciudad estadounidense
de San Francisco, los jóvenes vivían en comunidades, consumían
comida macrobiótica y fumaban libremente marihuana. Bajo este estilo
de vida nacieron los clásicos "patas de elefante", las
camisas hindúes, el pelo largo y desordenado y un pacifismo cuyo
principal centro de ataque era la Guerra de Vietnam y el gobierno
norteamericano.
La música también jugó un rol
fundamental. La experimentación y los sonidos más radicales y
disonantes de artistas como Janis Joplin, Jimmy Hendrix y el
destructivo Jim Morrison, hacían delirar a las drogadas masas y se
transformaron en mitos vivientes de toda esta generación.
Mientras tanto las flores, símbolo de
la época, se usaban tanto en la ropa como en el pelo y representaban
la ideología utópica que los guiaba en la llamada "Revolución
de las Flores".
Durante el transcurso de estos años se
presentaron dos polos bien definidos de jóvenes: aquellos que sólo
querían divertirse y aquellos que buscaban una participación activa
en el país. Estos últimos participaban en movimientos estudiantiles
y políticos y aspiraban a lograr un verdadero cambio social,
profundo y comprometido. A diferencia de las épocas anteriores en
las que existía una hegemonía mundial en cuanto a moda y actitud,
esta realidad correspondía principalmente a la latinoamericana en
general y a la chilena en particular. Eran idealistas por naturaleza
y querían cambiar el mundo.
A este movimiento se sumó la creciente
popularidad del feminismo, que repercutió en una marcada
masculinización de la vestimenta. Las mujeres buscaban la comodidad
más que la estética y la ropa ya no tenía sexo, eran prendas
unisex. El pelo tampoco era ya un signo de distinción; caminando de
espalda, muchos hombres parecían mujeres de eternas cabelleras.
LOS AÑOS 70
Se desató una pluralidad de formas y
estilos. Como en toda época, una parte del cuerpo femenino llamaba
la atención por sobre el resto y los trajes y vestidos se encargaban
de resaltarla.
Esta vez fue el turno de las nalgas,
las que se lucían con ajustados pantalones.
El ser extremadamente delgada, sin
pechos ni caderas prominentes, eran la herencia dejada por el culto a
una belleza anoréxica cuya principal exponente fue la modelo inglesa
Twiggy.
Hacia finales de la década, la
irrupción de los brillos y bailes de "Fiebre de Sábado por la
noche", la película de culto del momento, trasladó la vida
hacia las oscuras horas nocturnas. La diversión, la música con
ciertos toques electrónicos, las discoteques y las luces
hiperkinéticas hicieron de la moda una fiesta.
El algodón fue desplazado por la lycra
y las ojotas de cuero dieron paso a las botas y zapatones de tacón
tipo sueco, con una altura exagerada.
La sencillez del maquillaje y el pelo
lacio y suelto, se transformó en una producción multicolor y
estrafalaria de estilos y formas más complejos y despampanantes.
El pelo crespo y voluminoso tipo Donna
Summer o Jackson Five, guiaban la estética mientras la música
"disco" de grupos como "ABBA", "K.C and The
Sunshine Band" y Gloria Gaynor entre otros, hacían vibrar a una
generación que quería pasarlo bien.
Derivando de este estilo estrafalario y
original, nació una corriente que fusionó los colores de ésta con
el inconformismo de los primeros años. Fue así como a principios de
los 80 el "Punk" irrumpió en las calles de Gran Bretaña.
LOS AÑOS 80 el PUNK
Representantes del anarquismo y
transgresores en su propuesta estética y musical, rompieron con una
moda "políticamente correcta" y sacaron a relucir
artículos y peinados con un marcado significado violentista y
anti-monárquico.
Más adelante en el tiempo, los colores
fuertes, los estampados y las hombreras gigantes pusieron de moda los
"excesos". Todo era recargado; los peinados enlacados y la
superposición de prendas rodeadas por un grueso cinturón, llevaron
la moda a su peor momento histórico y derivó en una propuesta
grotesca y artificial. Esta tendencia está directamente relacionada
con la música "New Wave" de grupos como Erasure y Depeche
Mode y marcó los inicios de nuestro contemporáneo "Techno".
Fuente de este artículo:
www.teatro.meti2.com.ar/tecnica/vestuario/
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